Es hora de definir los nuevos propósitos para el nuevo año. Para marcar correctamente los propósitos hay que seguir con las especificaciones SMART. Los buenos propósitos deben seguir las siguientes características:
- Específico – tiene que ser concreto y no ambiguo. Los propósitos ambiguos no nos ayudan. El típico ejemplo de propósito es «este año voy a mejorar inglés» o «iré más al gimnasio». Debemos concretar cuanto tiempo vamos a dedicar a la semana o al mes para poder saber si hemos alcanzado nuestro objetivo.
- Medible – se deben de poder cuantificar el propósito. El ejemplo de «mejorar ventas» es poco cuantificable ya que una venta más ya se consideraría cómo alcanzado. La idea es que se pueda medir tipo «mejorar las ventas al 10%» y así claramente vemos si llegamos o no al objetivo.
- Alcanzable – Hay que definir propósitos que seamos capaces de alcanzar.
- Realista – Con la ilusión del año nuevo siempre nos venimos arriba y nos proponemos objetivos muy altos., hay que ser realistas con los recursos y el tiempo disponible.
- Tiempo – Hay que definir en que periodo de tiempo queremos alcanzar nuestros objetivos.
